La solución
Realizamos pruebas disparando cañones desde distintos lugares y en varias direcciones. Los sensores son capaces de funcionar independientemente unos de otros, por lo que recopilamos información sobre cada uno de ellos. Aunque todos nuestros sensores funcionaron correctamente durante las pruebas, nos encontramos con algunas situaciones singulares. El ATD está cableado para detectar amenazas en un radio de 500 pies. Sin embargo, nuestra tecnología es lo suficientemente potente como para que se produzcan situaciones atípicas. Hicimos disparos desde aproximadamente 600 pies de distancia, y cada uno de nuestros sensores respondió al sonido de la balística. Además, probamos a ver cómo respondían nuestros sensores cuando se efectuaba un disparo desde el interior de nuestras instalaciones de pruebas. El sensor 1009, que se montó en el interior durante esta prueba el segundo día, respondió rápidamente como se esperaba. Además, el sensor 1008 también detectó el disparo desde el exterior. Por último, los sensores lograron detectar varios tiradores a la vez y disparos efectuados a una altura superior a la del propio sensor.
Mientras se producían los disparos, nuestro equipo supervisaba la información de seguimiento de amenazas que cada sensor recogía a través de nuestro VMS. A medida que cada sensor localizaba los disparos, el VMS nos mostraba una vista de la ubicación del disparo desde la perspectiva de cada cámara. Recibimos alertas de texto con una imagen y una descripción del tirador de prueba. Estas alertas son activadas por nuestro VMS en cuanto se detecta una amenaza. Mientras nuestro tirador de prueba seguía desplazándose por el lugar de la prueba efectuando disparos, el VMS seguía mostrando las ubicaciones actualizadas detectadas por los sensores.