Salvaguardar el Louvre
Diseñada por los arquitectos Mario Bellini y Rudy Ricciotti, el ala islámica de la galería del Louvre de París está rodeada por las fachadas neoclásicas del patio Cour Visconti del museo, con dos de sus tres plantas sumergidas bajo tierra.
Jean Paul Lamoureux, asesor medioambiental del Louvre, encargó a Acoem la instalación y gestión de 37 sensores de vibración Acoem y diez sensores de ruido Acoem en las alas de la galería que rodean el Cour Visconti durante casi tres años para cubrir todo el proceso de construcción.
Como el museo estuvo en pleno funcionamiento durante todo el periodo, además de medir los niveles de vibración, era fundamental gestionar el ruido para garantizar que los visitantes no se vieran afectados negativamente.
Estaba en juego la seguridad y protección de obras maestras como La Joconde (la Gioconda), Las bodas de Caná, La libertad guiando al pueblo y las extensas colecciones de cerámica y escultura de época copta y romana de las alas de antigüedades egipcias.
Los sensores no sólo midieron las vibraciones en paredes y suelos, sino que, como precaución adicional, se fijó un sensor individual al marco de una réplica de un cuadro y se colocó en el reverso de la pared de montantes que albergaba el original.
Afortunadamente, a pesar de algunos casos de superación de los niveles de ruido y vibración durante las obras, la colección no sufrió daños ni pérdidas.
Al igual que el Louvre está considerado uno de los epicentros culturales de Francia, también lo está el Museo Británico de Londres, el primer museo público nacional del mundo.